El nombre Tafí deriva del vocablo diaguita taktillakta que significa “pueblo de entrada espléndida”. La verdad es que los diaguitas no se equivocaron con el nombre. El lugar, a dos mil metros de altura, tiene un microclima especial, es muy verde y en el horizonte, antes de las montañas se ve el dique La Angostura.
En la actualidad es una de las grandes villas veraniegas del país. Tiene más de mil casas de veraneo en su gran mayoría de turistas tucumanos que escapan del calor de la ciudad. Pero el turismo no es nuevo en Tafí. Antiguamente, el valle entero era un conjunto de estancias en el que se destacaban La Banda, Los Cuartos, Las Tacanas, El Churqui. Durante el año, los propietarios apenas aparecían, pero en la temporada de verano se quedaban varios meses.
Hay mucho para hacer en Tafí y varias agencias de turismo que lo organizan: excursiones en 4x4, salidas en mountain bike, circuitos de trekking, cabalgatas y, por supuesto, windsurf y pesca embarcada en el dique de 800 hectáreas, construido en la década del 60.
Si no se ha cansado de manejar, aquí va un buen paseo para hacer en auto. Se llama Vuelta al Valle a un circuito de unos 30 kilómetros de ripio por la RP 325. Ni bien sale de Tafí, no se pierda el Museo Jesuítico de La Banda, Monumento Histórico Nacional desde 1978. En una antigua sala de estancia del siglo XVII se ven pinturas cuzqueñas, tallas de la cultura tafí y muebles de los tiempos jesuitas.
En el camino hay varios miradores que captan panorámicas de los valles verdes y brillantes, y si se mira con atención se verán cultivos de frambuesas, manzanas, porotos y papas. También hay varias estancias que producen los famosos quesos artesanales de Tafí (en febrero se celebra el Festival del Queso) y muestran, paso por paso, el proceso de elaboración a los turistas. Una de ellas es la Estancia Las Carreras, que data de 1779. Se venden quesos especiados, con orégano, pimentón y pimienta.
Si es de los que compran souvenirs, en los distintos negocios del centro de Tafí conseguirá, además de los quesos y dulces artesanales, ponchos, alforjas y lazos trenzados de cuero de vaca de cuidada confección.
Como una excursión desde Tafí o cuando vaya a Tucumán, una escala en El Mollar, un pequeño pueblo que desde hace algún tiempo tiene el orgullo de cuidar los menhires. Sí, los cincuenta monolitos ya no están más dispersos por los cerros, mirando al dique; ahora tienen casa: la Reserva Arqueológica Los Menhires, que se puede visitar pagando una mínima entrada. No se sabe demasiado de estos erguidos y sagrados representantes de la cultura tafí, que floreció hace tres mil años. Los dólmenes tienen tallas antropomorfas y zoomorfas todavía indescifrables.
FUENTE: http://www.viajarhoy.com.ar/opencms/opencms/ViajarHoy/Destinos/Norte/Sur-de-Tucuman/Tafi-del-Valle.html?utm_source=adwords&Viajarhoy&gclid=CJXR1pjX-K0CFQpY7AodD1XvDw